La vía pública no está diseñada para correr carreras de automotores sobre ella ya que los riesgos para las personas son altos y las consecuencias lamentables. No obstante ello, el vértigo de la
velocidad, el instinto de ganar una carrera o adelantarse al otro, o el simple hecho de pasar un momento divertido y agradable llevan a las personas a realizar acciones con sus vehículos que pueden resultar en la pérdida de la vida propia y de terceros.
Para los casos con víctimas e incapacitados, la...
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